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La diabetes es una enfermedad muy común, que afecta al 6% de la población. La frecuencia aumenta con la edad, de modo que por encima de los setenta años la padecen el 15% o más de las personas. La importancia de ladiabetesestriba en que, si no está suficientemente controlada, puede dar lugar a frecuentes complicaciones, especialmente de tipo circulatorio y neurológico.
La diabetes puede ser debida a la falta de secreción de insulina por parte del páncreas y/o a la disminución de su efecto. Dado que esta hormona tiene la misión de transformar en energía los hidratos de carbono de los alimentos, su defecto origina un aumento del azúcar en la sangre.
Ladiabetestipo 1 suele empezar en lainfanciay/o la adolescencia pero no es excepcional en otras edades. Es debida a la destrucción de las células del páncreas productoras de insulina que origina un déficit absoluto de la misma, por lo que es imprescindible administrar insulina desde el comienzo.
Ladiabetestipo 2 acostumbra a presentarse de forma brusca con aumento llamativo de la sed y de la cantidad de orina, cansancio y pérdida de peso. A menudo aparece de forma aislada, pero en ocasiones existen antecedente en la familia.
Comer varias veces al día (al menos 4 ó 5 tomas), evitando ingestas copiosas. - Restringir los azúcares de absorción rápida (azúcares refinados, zumos de fruta, pasteles, dulces, repostería en general) porque elevan de forma brusca los niveles de glucosa en sangre.
- Utilizar alimentos con hidratos de carbono de absorción lenta como legumbres, pasta italiana, pan, galletas, arroz, et., ya que, especialmente los dos primeros, producen una elevación más suave de la glucosa en sangre.
- Utilizar alimentos ricos en fibra como las verduras, por el mismo motivo anterior.
- Limitar los alimentos de origen animal, procurando además que el consumo de pescado supere el de carne.
- Reducir las grasas que están contenidas en embutidos, quesos, carnes en general, mantecas y margarinas.
- En personas adultas, valorar la posibilidad del consumo de cantidades moderadas de alcohol; de preferencia vino (1-2 copas al día).
En resumen, la alimentación recomendada a las personas condiabetesno difiere significativamente de la que debería seguir la población general. En definitiva, se basa en una reducción calórica global en aquellas personas que lo necesitan por su sobrepeso y un reparto equilibrado de los distintos nutrientes.
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