Existen indicios fundados de que ciertos productos alimentarios presentes en la dieta occidental, asociados a la carencia de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales , favorecen a la conducta violenta.
Entre los productos sospechosos que pueden favorecer la hiperactividad e incluso la conducta violenta, destacan los siguientes:
- Ciertos aditivos artificiales (principalmente los colorantes).
- Los alimentos procesados industrialmente.
- Los azúcares refinados.
- Las carnes.
- Las bebidas alcohólicas.
- Sustancias estimulantes como la cocaína y en menor grado la cafeína.
Si la eliminación de un producto de la dieta es capaz de mejorar la conducta de una persona agresiva, queda confirmada la relación entre la alimentación y la violencia. Aunque faltan aún muchas investigaciones, con lo que ya se sabe sería suficiente como para al menos contribuir a frenar el incremento de la violencia y de la agresividad en el mundo.
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