En un audaz experimento en Europa, los científicos utilizaron mosquitos como si fueran jeringas voladoras, para distribuir una "vacuna" de parásitos vivos del paludismo mediante las mordidas de esos insectos
Los resultados fueron sorprendentes. Todos los miembros del grupo que fue mordido adquirieron inmunidad al paludismo o malaria. En cambio, quienes estuvieron en otro grupo no vacunado desarrollaron el padecimiento más tarde, al ser expuestos a los parásitos.
El estudio fue apenas una pequeña prueba, y sus procedimientos no serían prácticos a gran escala. Sin embargo, muestra que los científicos podrían estar finalmente en el camino correcto hacia el desarrollo de una vacuna efectiva ante una de las enfermedades que más gente mata.
Utilizando al enemigo
Una vacuna que utiliza parásitos vivos modificados ingresó apenas a la etapa de pruebas con humanos.
"Las vacunas contra la malaria están avanzando del laboratorio al mundo real", escribió el doctor Carlos Campbell en un editorial que acompañó al estudio, en el New England Journal of Medicine. Campbell trabaja para el Programa de Tecnología Apropiada en Salud (PATH, por sus siglas en inglés), una organización global de salud, con sede en Seattle.
El nuevo estudio "nos recuerda que el parásito completo del paludismo es el agente de inmunización más potente, incluso cuando es difícil desarrollar una vacuna de esta forma, y otros candidatos líderes podrían usar una estrategia distinta", escribió.
El paludismo mata a casi un millón de personas al año, en su mayoría niños de menos de cinco años, y especialmente en África. Los mosquitos que portan el agente patógeno lo inyectan en estado larvario en la piel al morder. Los parásitos viajan al hígado, donde maduran y se multiplican.
De ahí, entran en el torrente sanguíneo y atacan los glóbulos rojos (en la etapa que enferma a la gente).
Los infectados pueden desarrollar inmunidad al paludismo si se exponen a la enfermedad muchas veces. La droga cloroquina puede matar a los parásitos en la etapa sanguínea y final, cuando son más peligrosos.
El experimento
Los científicos trataron de aprovechar esos dos factores, usando cloroquina para proteger a la gente, mientras la exponía gradualmente a parásitos de la malaria y permitían que se desarrollara la inmunidad.
Asignaron a 10 voluntarios dentro de un grupo que recibiría la "vacuna", y a cinco más a otro grupo, para realizar comparaciones.
Ello permitiría que se desarrollara el efecto de la "vacuna". Luego, vino una prueba para determinar si funcionaba.
Las 15 personas dejaron de tomar cloroquina. Dos meses después, todas fueron mordidas por mosquitos infectados por el paludismo. Ninguna de las 10 en el grupo vacunado desarrolló parásitos en el torrente sanguíneo, a diferencia de lo que ocurrió en el otro grupo.
El estudio se realizó en un laboratorio en la Universidad de Radoud, en Nijmegen, Holanda, y fue financiado por dos fundaciones y una donación del gobierno francés.
"Esto no es una vacuna" como producto comercial, sino una forma de mostrar cómo los parásitos completos pueden ser usados como vacuna para proteger contra la enfermedad, dijo uno de los investigadores holandeses, Robert Sauerwein.
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