
Los primeros seres humanos en poder digerir el azúcar lactosa de la leche fueron las comunidades de granjeros de Europa Central y no las poblaciones del norte, como se pensaba anteriormente
Esta investigación, publicada en la revista PLoS Computational Biology se llevó a cabo integrando datos genéticos y arqueológicos con novedosos métodos estadísticos.
Relación hombre-leche
Según el profesor Thomas, la mayoría de los adultos del mundo no producen lactasa y por lo tanto no pueden digerir la lactosa de la leche. Sin embargo, la mayoría de los europeos sí tiene esta capacidad debido a una sencilla mutación genética.
"Aparentemente la tolerancia a la lactasa es una ventaja de supervivencia", concluyó Thomas.
Las razones para ello son diversas, como contrarrestar la ausencia de vitamina D, que se requiere para absorber el calcio. Además la leche es una fuente muy rica de calorías y proteínas disponible en todas las épocas del año, cuyo riesgo de estar expuesta a factores contaminantes es muy bajo.
Como consecuencia de las oleadas de emigrantes, la tolerancia a la leche se expandió desde los Balcanes al resto de Europa, lo que explica porque la mayoría de los europeos bebedores de leche tienen este gen en común.
En África se conocen cuatro tipos de variantes del gen lactaso resistente y probablemente hayan muchas más que no se han descubierto todavía, la mayoría africanas, pero la versión del gen europeo también se encuentra en ese continente, sobre todo entre la población "Falani".
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