lunes, 12 de octubre de 2009

Embarazo adolescente

esmas.com

La tasa de embarazos en jóvenes es alta, pero ¿a qué se debe tal fenómeno? Será acaso simple rebeldía


La adolescencia es una etapa de la vida que implica una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales. Estos cambios son paulatinos y obligan al adolescente a buscar nuevas experiencias que lo lleven a irse descubriendo a sí mismo frente a estos cambios.


Durante esta etapa, uno de los momentos cruciales es la separación del adolescente de sus vínculos familiares más importantes, es decir, de mamá y papá. En un intento de definir su propia identidad como seres distintos a ellos y de sentir la independencia.


Los adolescentes llevan a cabo esta separación a través de actos de rebeldía como la manifestación de ideas contrarias a las de los padres y el aislamiento, entre otros. En realidad, estos actos generan confusión y soledad.


Otro momento crucial de la adolescencia es el crecimiento, por lo que la inmadurez y la falta de responsabilidad acompañan este proceso. Para que esta etapa de crecimiento, camino a la madurez y la responsabilidad, se lleve a cabo correctamente es necesaria la presencia de las figuras paternas para que se hagan cargo de la responsabilidad de sus hijos. De lo contrario, el adolescente tiende a saltar a una falsa madurez y perder su libertad para tener ideas y actuar por impulsos.


En la mujer, la identidad es una representación que va estructurándose en relación con las etapas del ciclo vital. Primero se va integrando la identidad de género; segundo, la identidad sexual; y finalmente, la identidad de madre.


La consolidación de esta última identidad se vincula con la significación del deseo de embarazarse y el deseo de tener un hijo. No es lo mismo una cosa que la otra. El deseo de embarazarse es una confirmación de la femineidad desde la comprobación de que la mujer es capaz de gestar. Por otro lado, el deseo de tener un hijo implica la tendencia de hacerse cargo de un bebé y cuidarlo. Este último deseo se relaciona con la identificación de las funciones maternas.


Embarazos adolescentes en México


De acuerdo con el consenso de la población del 2007 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, el 0.42% de los nacimientos son de madres menores a los 15 años y las madres que dan a luz entre los 15 y los 19 años representan el 16.42%


La práctica clínica con adolescentes revela que en la mayoría de estos casos estos embarazos no han sido planeados.


Si los adolescentes no planean el embarazo. Entonces, ¿por qué se embarazan?


Existen muchas razones por las que los adolescentes se pueden embarazar. Las más frecuentes son:
Para evitar la espera y la tensión del proceso de crecimiento con los cambios físicos relacionados, cuyo resultado es desconocido y produce mucha angustia.


Para sentir una supuesta libertad, pero en esta etapa solamente la consigue a través de una falsa madurez.


Para satisfacer, inconscientemente, deseos de cuidados maternos, como las caricias y la atención. No es una relación madura sino que es una relación de "madre e hija" donde la pareja sexual juega ese papel de madre. Así mismo en el adolescente varón que busca cubrir esas necesidades maternas a través de la novia.

Implicaciones del inicio temprano de la maternidad en la psique de la adolescente


La crisis normal de la adolescencia se superpone sobre la crisis normal del embarazo. Es decir, se presentan necesidades de autonomía (alejamiento) de la propia madre y, al mismo tiempo, se contraponen a las necesidades de dependencia y cercanía hacia la madre durante el embarazo.


Esto lo podemos observar en las mujeres que no logran despegarse del todo de sus familias de origen y siguen emocionalmente más ligadas a la madre que a su cónyuge. Por lo tanto, se hace difícil separarse emocionalmente de la madre y esto dificulta la posibilidad de identificarse con sus funciones maternas.


En el momento en el que la adolescente permanece unida emocionalmente a su progenitora fortalece su rol de hija, en la mayoría de los casos como niña chiquita, e impide que crezca y se tenga que identificar con su madre como mujer adulta, incluyendo sus funciones maternas.


Este es el caso de madres adolescentes que delegan sus responsabilidades maternas en sus propias madres, mientras ellas continúan y mantienen su conducta adolescente o de niñas pequeñas. Por ejemplo, mientras la abuela se hace cargo del nieto, los adolescentes siguen haciendo su vida escolar y profesional.


Cuando un adolescente se encuentra en esta situación de confusión y sentimientos encontrados, el apoyo de los padres es fundamental; recordemos que aunque se encuentren en una situación de adultos, la madurez es aparente.


Los padres necesitan seguir ayudando a sus hijos haciéndolos responsables de sus actos. Solamente de esta manera el adolescente podrá conciliar sus deseos de crecimiento en distintas áreas de su vida y sus deseos de llevar a cabo sus funciones paternas.


Artículo escrito por la psicoanalista Laura Iael López, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM). Teléfonos: 5553-3599 y 5286-6550.

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