¿Sabes identificar esta enfermedad? Si no, aquí hay algunos datos que te permitirán reconocer el mal
Hoy en día el término "bipolar" se escucha frecuentemente para hacer referencia a los constantes cambios de ánimo o actitud en cualquier persona. Sin embargo, por lo general, no se es consciente del origen y de las implicaciones que tiene.
¿Qué es un trastorno bipolar?
En 1919 Kraepelin, fundador de la psiquiatría científica, denominó el Trastorno Bipolar como una psicosis maniaco-depresiva. Ésta es esencialmente hereditaria y se caracteriza por la repetición, alternancia, yuxtaposición o coexistencia de estados de excitación (manía) y de depresión (melancolía).
El elemento del que se componen los estados depresivos es la melancolía que Hipócrates (460-380 A.C.) ejemplifica con la siguiente cita: "Cuando el temor (phobos) o la tristeza (distimia) permanecen largo tiempo, es un estado depresivo."
Cualquier persona se puede sentir triste o desolado por un periodo de tiempo ante diversas circunstancias como: la pérdida de una pareja, de un trabajo y la muerte de un ser querido, entre otras causas. A diferencia de lo anterior, el estado depresivo en la persona se detecta por la presencia de un sentimiento continuo de desesperanza, fracaso, tristeza e incapacidad de disfrutar cualquier actividad. Aunado a esto, también pueden estar afectados el sueño y la alimentación (comer poco o mucho).
¿Cuál es el origen del estado depresivo?
Aunque exista dentro de la familia antecedentes de depresión, aún no está comprobado que el estado depresivo pueda ser heredado genéticamente. En 1917 Freud, padre del psicoanálisis, mencionó que un hecho desencadenante podría ser la pérdida de un ser querido durante la infancia de la persona. Fenichel en 1945, mencionó que existen acontecimientos que desencadenan una depresión como fracasos, pérdida de prestigio, pérdida de autoestima.
La persona en un estado depresivo manifiesta dependencia hacia los otros, se sienten culpables ante cualquier situación y buscan continuamente que todas las personas de su alrededor los entiendan, pero, al mismo tiempo, existe en ellos (depresivos) una incapacidad de entender los sentimientos de los otros. La persona deprimida, que en apariencia es extremadamente sumiso, logra a menudo dominar a todos los que le rodean.
Otro factor que se presenta en las personas en estado depresivo es que, en el fondo, ellos creen que son "malos"; por ejemplo, "no soy bueno porque estoy de mal humor". Creen que no son merecedores de nada, continuamente cambian de pareja ("nadie me quiere"), ya que, por lo general, no están satisfechos con el amor que les da el otro. Esto se debe a que la persona depresiva no puede quererse a sí misma más de lo que quiere al otro. Cuando se pierde al amigo, familiar o pareja es como si el mundo se quedara vacío: "Lo he perdido todo porque no merezco nada".
Por otro lado, el elemento del que se componen los estados maníacos es la manía, que Hipócrates define como la oposición a la melancolía y se caracteriza por un estado de alegría y exuberancia, aunque su manifestación más notoria es la cólera y la violencia.
Como se definió anteriormente, la manía es lo opuesto a la depresión; aunque, en el fondo, la personalidad del individuo es esencialmente depresiva, ya que trata de negar constantemente su estado. Lo niegan con situaciones que, para la mayoría de las personas, pueden ser alarmantes, como: compras excesivas, adicción al trabajo, comportamientos muy sociables y la evasión de la soledad. Existe una sensación de menosprecio hacia el prójimo y un sentimiento de superioridad frente a ellos. Entre estas personas existe una gran tendencia hacia las drogas, el alcohol, o sustancias que alteran el sistema nervioso; pueden ser incapaces de obtener la satisfacción deseada y a la vez se intensifica la adicción.
¿Cuál es el origen del estado maniaco?
Dentro de la historia de los pacientes maníacos, se ha observado que existe un elemento común entre ellos que es la perdida abrupta de un ser querido durante su infancia sin alguna explicación. Esto puede suceder en situaciones de divorcio, muertes o separaciones en donde el niño no vuelve a saber de la persona. Por otro lado, también durante la infancia se presentan situaciones donde hubo un continuo abuso físico (golpes, abuso sexual) o emocional (palabras agresivas).
La enfermedad maníaco-depresiva es la alternancia de ambos estados (manía-depresión) a lo largo de la vida de una persona. Existen periodos de insatisfacción, sentimientos de culpa y periodos de grandiosidad y éxito. En las depresiones, la persona expresa un sentimiento hostil hacia su persona, y en la manía expresa un extremado amor hacia sí mismo. Las personas que tienen esta enfermedad, en el fondo, tienen una personalidad depresiva que en el estado maníaco tratan de negarla.
Terapia para el mal
El tratamiento para esta enfermedad se debe de conformar por un psiquiatra y un psicoterapeuta. Se necesita de un seguimiento tanto por el ajuste de medicación (el psiquiatra), como por la necesidad psicoterapéutica que requiere la persona para enfrentar ciertos contratiempos.
Para poder identificar en qué estado se encuentra la persona, a continuación se describen, de acuerdo al DSM-IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder), los episodios, estados, duración y síntomas que se presentan.
El episodio de la manía que se caracteriza en la persona por un estado de euforia, felicidad e irritabilidad, se presenta aproximadamente por un lapso de una semana, en el cual aparecen, al menos, tres de los siguientes síntomas.
-Autoestima exagerada o grandiosidad.-Disminución del sueño-Más hablador de lo habitual o verborreico-Fuga de ideas-Distracción continua-Incremento de actividades sociales, de trabajo, estudios o sexual-Tendencia hacia actividades placenteras, pero con consecuencias graves (compras excesivas, indiscreciones sexuales o inversiones económicas arriesgadas)
Estos mismos síntomas presentan las personas que atraviesan por un episodio de hipomanía; que, a diferencia de la manía, la alteración del estado de ánimo no es tan grave; es decir, no afecta el área social o laboral. Aunado a esto, otra diferencia es el tiempo en la que se presentan los síntomas: en la manía se presentan dichos síntomas por una semana y en la hipomanía al menos durante cuatro días consecutivos tres de los mismos síntomas.
El episodio de la depresión se caracteriza por un estado anímico bajo, de tristeza, pérdida de interés o la capacidad para obtener placer. Se presenta por periodos de dos semanas aproximadamente y surgen al menos cinco de los siguientes síntomas.
-Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día-Incapacidad de disfrutar casi todas las actividades que se realizan-Incremento o disminución del apetito (pérdida o aumento importante de peso, cambio 5% del peso corporal)-Problemas en el sueño-Fatiga o pérdida de energía casi todo el día-Disminución del interés-Baja autoestima, culpas, sentimiento de inutilidad-Incapacidad para concentrarse, indecisión-Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio-Agitación o retardo psicomotor
El último episodio que se puede presentar, según la DSM-IV, es referente al estado mixto que combina estados de ánimo elevados con estados de ánimo bajos. Otro estado distintivo de este episodio es la ansiedad. La duración de este episodio es de, al menos, una semana y se presentan síntomas tanto de estados maníacos, como de depresión mezclados con mucha ansiedad y agitación.
La alteración del estado de ánimo provoca problemas dentro de las áreas laborales y sociales. Se requiere de hospitalización para prevenir daños a los demás. Es importante señalar que los síntomas no son generados por el consumo de alguna sustancia.
Bibliografía
Fenichel,O. (1945). The Psychoanalytic Theory of Neurosis. New York: NortonMcWilliams,N. (1994). Psychoanalytic Diagnosis. New York: GuilfordDSM IV. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder (2002). American Psyachiatric Association. Masson
Artículo escrito por la psicoanalista Daniela Vieyra, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM). Teléfonos: 5553-3599 y 5286-6550.
Artículo escrito por la psicoanalista Daniela Vieyra, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM). Teléfonos: 5553-3599 y 5286-6550.
IMPORTANTE
El contenido de esta nota es informativo y no suple el diagnóstico médico, por lo que no nos hacemos responsables sobre su uso.
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