lunes, 15 de noviembre de 2010

Aseguran que la negatividad, como el optimismo, es contagiosa



NEOMUNDO.COM

Anque tratemos de no admitirlo demasiado en público, lo cierto es que lo que las otras personas piensen sobre algo puede afectar lo que pensamos de ella.

Este denominador común de los seres humanos explican en parte por qué los críticos se convierten en seres influyentes y por qué las opiniones de nuestros padres sobre las opciones que tomamos a lo largo de la vida nos siguen importando, aunque ya haga mucho tiempo que nos fuimos de su lado.

Pero.. ¿qué clase de opiniones son las que más impacto tienen?

Según estudios hechos en la Universidad de Indiana (Estados Unidos) las opiniones negativas son las que más influyen sobre los demás, no sólo en cuanto a pensar que algo en lugar de ser bueno es malo, sino que algo visto como malo rápidamente pasa a ser considerado como peor.

Las actitudes del consumidor hacia productos y servicios son influenciadas con frecuencia por las otras personas que tiene a su alrededor.
Las redes sociales como Myspace y Facebook sugieren que estas influencias continuarán siendo impulsoras en cuanto a las actitudes de los consumidores individuales, a medidas que la sociedad se interconecta cada vez más, explica Adán Duhachek, Shuoyang Zhang y Shanker Krishnan.

Nuestra investigación intenta entender en qué condiciones la negatividad de unos ejerce más influencia sobre los demás.

El estudio de los de Indiana tuvo que ver con el consumo de productos. Lo que hicieron fue presentarle a una cantidad de voluntarios información sobre un producto nuevo. Después, se le permitió a cada uno de ellos que evaluaran el producto en forma individual.

Como es lógico y normal, algunas de las opiniones fueron positivas, mientras que otras fueron negativas. Fue entonces cuando los investigadores le revelaron a los participantes si sus pares habían descripto al producto como bueno o malo.

Fue entonces cuando los expertos se toparon con que las opiniones que habían dado otras personas participantes en el estudio ejercían una fuerte influencia sobre las actitudes individuales, especialmente cuando esas opiniones eran negativas.

Además, aquellos voluntarios que habían dado en privado opiniones positivas hacia el producto resultaron ser las más susceptibles a la influencia de la opinión del grupo de los negativos.

Otro hallazgo fue que quienes veían todo mal eran más propensos a ver todo más negro aún si se les pedía que participaran en una discusión de grupo.

Cuando los consumidores esperan obrar recíprocamente con otros consumidores a través de estos foros, conocer las opiniones de esos otros consumidores puede reforzar e incluso polarizar sus opiniones, haciéndolas más negativas.

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