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Ya es sabido que el tabaquismo, tanto activo como pasivo, es altamente nocivo para la salud, tanto de hombres como de mujeres. Pues bien, con respecto a las últimas, expertos han advertido que las fumadoras también tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer cervical o de cuello de útero.
Asimismo, se alertó que si bien no se pudo demostrar que las mujeres que aspiran humo de segunda mano también sean más propensas a desarrollar estos tumores, sí pueden presentar más cantidad de células dañadas en el cuello de útero.
Según un reciente estudio realizado en Estados Unidos sobre unas 4.400 mujeres a las que se le realizó un Pap, “las mujeres que decían estar más expuestas al humo de segunda mano también eran más propensas a obtener un resultado anormal” en el estudio, en comparación con las que no tenían exposición, según dijo Kristy K. Ward, de la Universidad de California en San Diego.
De todos modos, vale destacar que un Pap anormal no significa necesariamente que una mujer tenga cáncer de cuello de útero, pero sí puede ser un indicio e indica que se les deberá realizar más pruebas al respecto.
La causa principal del cáncer de cuello uterino es la infección persistente con ciertas cepas del virus del papiloma humano (VPH), que ocasiona las verrugas genitales.
Según explicó Ward, es muy posible que el humo de segunda mano aumente la vulnerabilidad de una mujer a desarrollar anormalidades en el tejido del cuello de útero.
“En general, los carcinógenos (los componentes del humo de tabaco que causan cáncer) modifican el material genético dentro de las células, que dejan de funcionar normalmente. Esto genera anormalidades celulares que aparecen en el Pap y pueden transformarse en cáncer”, añadió Ward.
En el estudio en cuestión, una de cada 14 mujeres que participaron obtuvo un resultado del Pap anormal. Así, el equipo encontró que las que habían estado expuestas a “un poco” de humo de segunda mano eran hasta un 70 por ciento más propensas a obtener un resultado anormal del estudio que las mujeres sin esa exposición.
Ward, por su parte, concluyó con que “una vez más, nuestro estudio demuestra que la exposición al humo de segunda mano es peligroso para la salud”.
Asimismo, se alertó que si bien no se pudo demostrar que las mujeres que aspiran humo de segunda mano también sean más propensas a desarrollar estos tumores, sí pueden presentar más cantidad de células dañadas en el cuello de útero.
Según un reciente estudio realizado en Estados Unidos sobre unas 4.400 mujeres a las que se le realizó un Pap, “las mujeres que decían estar más expuestas al humo de segunda mano también eran más propensas a obtener un resultado anormal” en el estudio, en comparación con las que no tenían exposición, según dijo Kristy K. Ward, de la Universidad de California en San Diego.
De todos modos, vale destacar que un Pap anormal no significa necesariamente que una mujer tenga cáncer de cuello de útero, pero sí puede ser un indicio e indica que se les deberá realizar más pruebas al respecto.
La causa principal del cáncer de cuello uterino es la infección persistente con ciertas cepas del virus del papiloma humano (VPH), que ocasiona las verrugas genitales.
Según explicó Ward, es muy posible que el humo de segunda mano aumente la vulnerabilidad de una mujer a desarrollar anormalidades en el tejido del cuello de útero.
“En general, los carcinógenos (los componentes del humo de tabaco que causan cáncer) modifican el material genético dentro de las células, que dejan de funcionar normalmente. Esto genera anormalidades celulares que aparecen en el Pap y pueden transformarse en cáncer”, añadió Ward.
En el estudio en cuestión, una de cada 14 mujeres que participaron obtuvo un resultado del Pap anormal. Así, el equipo encontró que las que habían estado expuestas a “un poco” de humo de segunda mano eran hasta un 70 por ciento más propensas a obtener un resultado anormal del estudio que las mujeres sin esa exposición.
Ward, por su parte, concluyó con que “una vez más, nuestro estudio demuestra que la exposición al humo de segunda mano es peligroso para la salud”.
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