martes, 1 de febrero de 2011

Miel, mitos y puntos a tener en cuenta


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Hay quienes usan como alternativa endulzante a la miel: un producto natural al que se le atribuyen varios beneficios, muchos de los cuales no están, sin embargo, científicamente contrastados.

En principio, no hay que perder de vista que es un alimento rico en azúcares sencillos, que aporta energía “rápida”, y que, en realidad, el resto de los compuestos nutritivos (vitaminas, minerales y antioxidantes) está presente de manera escasa. Para conseguir aportes significativos de estos otros nutrientes habría que ingerir grandes cantidades, lo que no sería tampoco recomendable.

Así, se puede decir que la miel es rica en hidratos de carbono, sobre todo, en glucosa (31 por ciento) y fructosa (39 por ciento), mientras que su aporte de vitaminas y minerales es reducido.

De todos modos, y más allá de esta aclaración, la miel bien podrá ser alternativa al azúcar, y en especial, al blanco más refinado, ya que constituirá una opción más natural (más si se opta por una miel orgánica y sin aditivos).


Veamos, sin embargo, algunos posibles mitos, cuidados y verdades relacionadas con la miel:

*Con respecto a los bebés, los expertos aconsejan no dar miel a los menores de 1 año, ya que su tracto gastrointestinal no ácido favorece la germinación de esporas del Clostridium botulinum y la producción de su toxina, lo que puede provocar botulismo en el lactante.

*La diferencia de energía que aporta la miel y el azúcar no es, en realidad, significativa, por lo que si se está a dieta para adelgazar, mejor será entonces endulzar las bebidas o comidas con edulcorantes sin calorías no dañinos.

*Con respecto a los diabéticos, existe la creencia de que la miel podría ser consumida por estas personas ya que no provoca picos tan elevados en la glucemia (concentración de glucosa en sangre), no obstante, una investigación que salió publicada en el 2002 en la revista Diabetes Care concluyó que puede aumentar los niveles de colesterol en pacientes diabéticos, y los de colesterol y triglicéridos, en personas sanas. Quizás sería bueno, entonces, total moderación.

*Otra creencia difundida es que la miel mejora el sistema inmune, sin embargo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha declarado que no hay suficiente evidencia científica como para poder atribuir a la miel la propiedad de mejorar el sistema inmune.

*Y, finalmente, sobre su efecto laxante, se podría decir que es una verdad a medias ya que para lograr tal beneficio habría que consumir cantidades muy por encima de las recomendadas.

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