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El Alzheimer probablemente es la forma de demencia más conocida y más temida
Cuando la madre de Darla Arni comenzó a mostrar las primeras señales de demencia hace 16 años, Arni se preocupó por si estaba condenada a la misma suerte.
Así que comenzó a leer sobre todo lo que podía hacer para mantener la agudeza mental. Resultó que había mucho que podía hacer.
Arni, ahora de 55 años, creció en una granja en donde su madre freía casi todos los alimentos con manteca de puerco. Hoy en día, ella no come alimentos fritos y consume muchas frutas y verduras, toma píldoras de aceite de pescado, camina regularmente y practica meditación en una clase de semanal de yoga.
“Hago todo lo que puedo”, dice Arni, conferencista y escritora.
¿Y cuál es el sentido?
Los médicos especialistas en el envejecimiento del cerebro dicen que la demencia no es inevitable, incluso a edad muy avanzada. Si haces cambios positivos en el estilo de vida cuando eres joven, puedes reducir las probabilidades de tener fallas en el pensamiento y el deterioro de la memoria, que a menudo viene con el paso de los años.
El doctor Gary Small, director del Centro de Longevidad de la UCLA, dice que el estilo de vida puede desempeñar un papel más importante que la genética en personas con riesgo de caer en lo que llama “la confusión mental” de la demencia.
El Alzheimer probablemente es la forma de demencia más conocida y más temida. La aparición temprana de enfermedad de Alzheimer, que a menudo tiene un fuerte componente genético, tal vez no pueda retrasarse con ningún cambio en el estilo de vida.
Pero el Alzheimer que aparece en la edad avanzada, que afecta a las personas en su 80 y 90 años, sólo tiene un componente genético menor y se puede retrasar o prevenir con cambios en el estilo de vida, especialmente si inician en la mediana edad, dice el doctor Majid Fotuhi, presidente del Instituto de Neurología para la Salud Mental y Actividad Física y profesor de neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Yo digo, ‘baila’
Fotuhi comenzó a practicar baile de salón cuando era estudiante en la Escuela de Medicina de Harvard. Era un descanso de sus estudios. Más que nada era diversión.
Ahora como neurólogo, todavía baila. Dice que él y su esposa, Bita, ya dominan el tango. Como experto en la forma como envejece el cerebro, Fotuhi también ve otro beneficio: el baile es la actividad perfecta para mantener el cerebro joven.
“Cuando la gente me pregunta, ‘¿Qué cosa puedo hacer?’ Les respondo, ‘baila’”, dice Fotuhi.
Los neurólogos están de acuerdo en que la respuesta para mantener al cerebro activo, no es el sudoku o los crucigramas, a pesar de la creencia popular.
Mantenerse en buena forma física es el elemento más importante para mantener al cerebro joven cuando se llega a una edad avanzada, dicen. Permanecer con actividades sociales y mentalmente activo en formas nuevas y desafiantes son otros dos componentes de la salud mental de largo plazo.
Fotuhi dice que el baile de salón es perfecto porque combina la actividad física, la interacción social y el desafió mental para recordar los pasos.
El cerebro crece
Por medio de los nuevos y más poderosos escáneres de resonancia magnética, los investigadores demostraron que incluso con el ejercicio moderado se puede aumentar el tamaño del hipocampo, la parte del cerebro responsable de la formación de los recuerdos, y básicamente se regresa en el tiempo y hacen que el cerebro sea más joven.
“Encontramos este tesoro, este sorprendente fenómeno de que el cerebro puede crecer”, dice Fotuhi.
Después de los 50 años, el cerebro —y el hipocampo— normalmente empieza a perder volumen. El hipocampo pierde el 1% de su volumen cada dos años y la disminución se acelera al 2% cada año cuando se llega a una edad avanzada. Pero esta pérdida no está grabada en piedra.
El doctor Arthur Kramer de la Universidad de Illinois y sus colegas observaron a 120 adultos mayores y a la mitad los ubicaron en un grupo de ejercicio, caminaban tres veces por semana, y a la otra mitad la ubicaron en un régimen de estiramiento.
Después de un año, el grupo que caminaba tenía una mejor memoria que al inicio del estudio. Más que eso, en las imágenes de resonancia magnética se mostró que el volumen del hipocampo aumentó el 2% en promedio, con lo que se logró que el cerebro fuera uno o dos años más joven. Los cerebros del grupo que sólo estiraba continuó envejeciendo.
“Esto es de vanguardia. Podemos revertir la atrofia que ocurre en el cerebro con el envejecimiento, particularmente en el hipocampo”, dice Fotuhi, autor de La Cura de la memoria.
En un estudio de la Universidad de Pittsburg se demostró que el ejercicio mejora la velocidad de pensamiento en las personas de 80 años que anteriormente eran sedentarias. Mantenerse en forma ayuda a mantener un saludable flujo sanguíneo al cerebro, algo que es muy importante porque los vasos sanguíneos constituyen un tercio del volumen del cerebro.
Pero Caterina Rosano, la autora principal del estudio, dice que los beneficios para el cerebro de una moderada actividad física como caminar tres veces por semana parece exceder a la pequeña mejora en la condición física general que ofrece el ejercicio, aunque no está segura por qué. Una hipótesis es: Caminar regularmente es una actividad social, que involucra al cerebro. También eleva el estado de ánimo de la persona que camina.
Empieza joven
El ejercicio no sólo le ayuda a los adultos mayores. En otro estudio de la Universidad de Illinois se encontró la relación entre la capacidad aeróbica, el tamaño del hipocampo y el desempeño de la memoria en los preadolescentes.
Small, de la UCLA, dice que el enfoque de mantener saludable el cerebro debería empezar en una edad temprana.
“Mi opinión es que debamos empezar en la escuela”, dice Small, autor de El programa de prevención del Alzheimer, que se tiene previsto para su publicación en enero. “Mientras más temprano empieces, más beneficios obtendrás de eso”.
Fotuhi utiliza la analogía de ahorrar para tu retiro. Mientras más “ahorros” tengas con un estilo de vida saludable para el cerebro, tendrás mejores resultados en tus 60 años y más grande.
Una vida modelo
Si Fotuhi buscaba a alguien que hizo todo bien, tendría problemas para encontrar a alguien más adecuado que Angela Little de 91 años.
“Vivo una vida bastante saludable. Me manteno activa. Hago ejercicio. Como de forma moderada. Intento mantener mi mente lo más tranquila posible, no me molesto mucho por nada”, dice Little, una profesora retirada de bioquímica de la Universidad de California, Berkley.
Little pertenece al Club de la Historia de la Medicina del Área de la Bahía, asiste a clases de literatura italiana y analiza a los clásicos —en italiano— y asiste a un círculo de conversación semanal, también en italiano. Practica tai chi y asiste al gimnasio tres veces por semana para levantar pesas, para fortalecer su abdomen y para estirar.
“Me mantengo ocupada, y mantengo a mi mente ocupada”, dice Little. “Esas son las cosas que me hacen feliz”.
Madres e hijas
En Missouri, Dorothy, la madre de Arni, empezó a tomar anticoagulantes hace más de 11 años. Los médicos estaban preocupados de que sufriera un derrame cerebral masivo porque una placa estrechaba peligrosamente a las arterias que van al cerebro.
Aún así, Darla Arni dice que la condición de su madre progresó hasta el punto en que ya no la reconoce cuando la visita. Pero Arni, quien también tiene una hija, ya no le teme a la demencia.
“Tengo muchos amigos. Ellos se mueren de miedo”, dice Arni. “Yo no tengo tanto temor. La educación y la conciencia hacen la diferencia”.