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Las máquinas expendedoras de alimentos son muy populares entre los chicos pero los snack que ofrecen parecen tener un efecto negativo en su salud. Los niños que comen este tipo de productos presentan un riesgo mayor de tener una alimentación desequilibrada que, a su vez, puede asociarse al sobrepeso, la obesidad y al riesgo de desarrollar problemas de salud como la diabetes y la enfermedad coronaria.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado por la Universidad de Michigan (Estados Unidos). "Los alimentos que los chicos consumen a edades tempranas influyen en los patrones de alimentación que adquirirán como adultos. Comer alimentos y tomar bebidas de las máquinas expendedoras afecta la calidad de la dieta de los niños", dijo Madhuri Kakarala, el autor principal.
La obesidad afecta a tantas personas que se la considera una epidemia a nivel mundial. Los chicos no son una excepción ya que la Organización Mundial de la Salud calcula que 20 millones de niños menores de cinco años sufren de sobrepeso. Y los jóvenes con este problema enfrentan un riesgo muy alto de transformarse en adultos con obesidad, un patología que aumenta fuertemente el riesgo de padecer dolencias como afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer, artritis, depresión y diabetes tipo 2.
ALIMENTACION INCORRECTA
Para averiguar el efecto de las máquinas expendedoras de comidas, los autores trabajaron con 2.309 chicos de 6 a 16 años de edad. Cada uno respondió un cuestionario sobre su alimentación en los días escolares, y resultó que alrededor del 22% de los jóvenes voluntarios come cotidianamente este tipo de alimentos. Esta cifra fue más alta en las escuelas secundarias, que es donde se encuentra una mayor proporción de este tipo de maquinaria, que suelen ofrecer comida chatarra como papas fritas, galletitas y golosinas.
Como estos alimentos tienen una alta proporción de azúcar y bajos niveles de fibra, vitamina B y hierro, los investigadores advirtieron que "la obesidad infantil que resulta de malas decisiones de alimentación, como aquellas encontradas en este estudio, aumentan fuertemente el riesgo de sufrir muchas enfermedades crónicas. Un ambiente escolar saludable puede reducir estos riesgos de la alimentación".
Kakarala recomendó que las autoridades de los colegios encuentren formas de mejorar la alimentación de los chicos, evitando el uso de máquinas que hacen que los niños coman alimentos chatarra en vez de nutritivos.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado por la Universidad de Michigan (Estados Unidos). "Los alimentos que los chicos consumen a edades tempranas influyen en los patrones de alimentación que adquirirán como adultos. Comer alimentos y tomar bebidas de las máquinas expendedoras afecta la calidad de la dieta de los niños", dijo Madhuri Kakarala, el autor principal.
La obesidad afecta a tantas personas que se la considera una epidemia a nivel mundial. Los chicos no son una excepción ya que la Organización Mundial de la Salud calcula que 20 millones de niños menores de cinco años sufren de sobrepeso. Y los jóvenes con este problema enfrentan un riesgo muy alto de transformarse en adultos con obesidad, un patología que aumenta fuertemente el riesgo de padecer dolencias como afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer, artritis, depresión y diabetes tipo 2.
ALIMENTACION INCORRECTA
Para averiguar el efecto de las máquinas expendedoras de comidas, los autores trabajaron con 2.309 chicos de 6 a 16 años de edad. Cada uno respondió un cuestionario sobre su alimentación en los días escolares, y resultó que alrededor del 22% de los jóvenes voluntarios come cotidianamente este tipo de alimentos. Esta cifra fue más alta en las escuelas secundarias, que es donde se encuentra una mayor proporción de este tipo de maquinaria, que suelen ofrecer comida chatarra como papas fritas, galletitas y golosinas.
Como estos alimentos tienen una alta proporción de azúcar y bajos niveles de fibra, vitamina B y hierro, los investigadores advirtieron que "la obesidad infantil que resulta de malas decisiones de alimentación, como aquellas encontradas en este estudio, aumentan fuertemente el riesgo de sufrir muchas enfermedades crónicas. Un ambiente escolar saludable puede reducir estos riesgos de la alimentación".
Kakarala recomendó que las autoridades de los colegios encuentren formas de mejorar la alimentación de los chicos, evitando el uso de máquinas que hacen que los niños coman alimentos chatarra en vez de nutritivos.
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