martes, 19 de abril de 2011

Cinvestav trabaja en biorrefinería

TELEVISA





Investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de México desarrollan una "biorrefinería" que busca transformar la basura orgánica en hidrógeno, gas natural y sustratos útiles para la industria en un mismo proceso.




Esta iniciativa busca emular lo que sucede en una refinería tradicional: obtener diferentes productos de una misma materia, en este caso la basura, explicó en un comunicado Carlos Escamilla, estudiante de doctorado del Departamento de Biotecnología del Cinvestav, quien encabeza la investigación.




Ese proceso permite "por un lado extraer lo más que se pueda del mismo residuo orgánico y por el otro eliminarlo al máximo", ya que "si al desecho lo sometes a un primer, segundo y tercer proceso, el residuo va siendo cada vez menor", indicó.





El científico, que desarrolla su proyecto desde hace cuatro años, indicó que ya existen varios países que producen hidrógeno y metano de la basura, pero lo hacen por separado.




La novedad de la investigación mexicana radica en usar la misma materia prima y en generar en un mismo proceso hidrógeno, metano y enzimas.




Las enzimas son sustratos no tóxicos utilizados por la industria en diversos procesos, como "el blanqueamiento del papel, y para clarificar los jugos de frutas, o remover las impurezas de estos, como son los gajos de la pulpa", destacó.




Escamilla indicó que con el gas metano obtenido de la basura se podría hacer funcionar desde un microbús hasta la estufa o el calentador de una casa, generando menos contaminación de CO2 (dióxido de carbono).





En cambio, el científico indicó que producir hidrógeno con desechos requiere de mayores estándares de seguridad en su manejo, pero se trata de un gas "más limpio", porque no genera CO2.




De acuerdo con sus experimentos, se pueden obtener 13 mililitros de hidrógeno y 341 mililitros de metano por cada kilogramo de basura orgánica molida y procesada en un aparato conocido como "digestor".





El académico señaló que actualmente México tiene grandes yacimientos de crudo que se están agotando "y la basura puede ser la solución para aminorar este problema, ya que la gran ventaja de los desechos es que, a diferencia del petróleo, es un recurso renovable, pues constantemente la estamos generando".





Según Escamilla, si toda la basura orgánica que a diario genera tan sólo la zona del Valle de México (donde se ubica la capital mexicana) se transformara en energía, se podrían mantener prendidas 900 mil bombillas ahorradoras de 25 vatios o mover más de 151 mil automóviles compactos (4% del total de vehículos de Ciudad de México) por 10 kilómetros.





México produce 102 mil toneladas al día de basura, casi un kilogramo por habitante, y el 60 % es desecho orgánico que "podría generar grandes cantidades de electricidad, gas natural y sustratos útiles para la industria", concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario