La miel de manuka podría ayudar a limpiar las heridas infectadas e incluso revertir la resistencia bacteriana a los antibióticos, según una investigación presentada en una conferencia de microbiología que se celebra en la localidad inglesa de Harrogate
La profesora Rose Cooper, del University of Wales Institute Cardiff, está estudiando cómo la miel de manuka interactúa con tres tipos de bacterias que normalmente infestan las heridas: la pseudomonas aeruginosaa, los estreptococos del grupo A y el estafilococo aúreo resistente a la meticilina (MRSA).
El equipo que dirige ha descubierto que esa miel puede interferir de diversas formas en el desarrollo de esas bacterias y cree que puede ser una opción atractiva para el tratamiento de las infecciones en heridas resistentes a los antibióticos.
Las propiedades antibacterianas de la miel se conocen desde hace tiempo y en distintas civilizaciones antiguas se empleaban ya remedios a base de ese producto para el tratamiento tópico de las heridas.
La de manuka procede del néctar recogido por las abejas que liban en el llamado arbusto de ese nombre (leptospermum scoparium), de la familia de las mirtáceas, conocido en inglés como el árbol del té.
Ese arbusto crece en estado silvestre en Nueva Zelanda, Australia, incluida la isla de Tasmania, siempre en regiones de clima suave y oceánico y con acidez en el suelo.
Con todo, la medicina moderna no ha explotado totalmente las propiedades antibacterianas de la miel al desconocer los mecanismos por los que actúa.
La profesora Cooper está contribuyendo a un mejor esclarecimiento de esos mecanismos al investigar a nivel molecular el modo en que la miel de manuka actúa combate a las bacterias invasoras de las heridas.
"Los descubrimientos que hemos hecho con los estreptococos y las pseudomonas indican que la miel puede prevenir la adhesión de las bacterias a los tejidos, que es esencial para el desarrollo de una infección aguda", explica la científica.
Según Cooper, al impedir esa adhesión, se bloquea también la formación de biopelículas bacterianas, que protegen a esos microorganismos de los antibióticos y hacen que causen infecciones persistentes.
"Nuestro trabajo en el laboratorio muestra que la miel puede volver al estafilococo áureo resistente a la meticilina (MRSA) más sensible a ciertos antibióticos como la oxacilina, lo que equivale de hecho a revertir la resistencia a los mismos", asegura la experta.
"Todo ello indica (agrega Cooper) que los antibióticos existentes pueden resultar más eficaces contra las infecciones por bacterias resistentes si se utilizan en combinación con esa miel".
Actualmente, la mayoría de las intervenciones antimicrobianas en los pacientes se llevan a cabo con antibióticos sistémicos.
"El uso de un agente tópico para eliminar las bacterias de la heridas es potencialmente más barato y puede mejorar en el futuro la terapia antibiótica, lo que contribuirá a reducir la transmisión de bacterias resistentes de las heridas colonizadas a pacientes susceptibles", predice la científica.
La profesora Rose Cooper, del University of Wales Institute Cardiff, está estudiando cómo la miel de manuka interactúa con tres tipos de bacterias que normalmente infestan las heridas: la pseudomonas aeruginosaa, los estreptococos del grupo A y el estafilococo aúreo resistente a la meticilina (MRSA).
El equipo que dirige ha descubierto que esa miel puede interferir de diversas formas en el desarrollo de esas bacterias y cree que puede ser una opción atractiva para el tratamiento de las infecciones en heridas resistentes a los antibióticos.
Las propiedades antibacterianas de la miel se conocen desde hace tiempo y en distintas civilizaciones antiguas se empleaban ya remedios a base de ese producto para el tratamiento tópico de las heridas.
La de manuka procede del néctar recogido por las abejas que liban en el llamado arbusto de ese nombre (leptospermum scoparium), de la familia de las mirtáceas, conocido en inglés como el árbol del té.
Ese arbusto crece en estado silvestre en Nueva Zelanda, Australia, incluida la isla de Tasmania, siempre en regiones de clima suave y oceánico y con acidez en el suelo.
Con todo, la medicina moderna no ha explotado totalmente las propiedades antibacterianas de la miel al desconocer los mecanismos por los que actúa.
La profesora Cooper está contribuyendo a un mejor esclarecimiento de esos mecanismos al investigar a nivel molecular el modo en que la miel de manuka actúa combate a las bacterias invasoras de las heridas.
"Los descubrimientos que hemos hecho con los estreptococos y las pseudomonas indican que la miel puede prevenir la adhesión de las bacterias a los tejidos, que es esencial para el desarrollo de una infección aguda", explica la científica.
Según Cooper, al impedir esa adhesión, se bloquea también la formación de biopelículas bacterianas, que protegen a esos microorganismos de los antibióticos y hacen que causen infecciones persistentes.
"Nuestro trabajo en el laboratorio muestra que la miel puede volver al estafilococo áureo resistente a la meticilina (MRSA) más sensible a ciertos antibióticos como la oxacilina, lo que equivale de hecho a revertir la resistencia a los mismos", asegura la experta.
"Todo ello indica (agrega Cooper) que los antibióticos existentes pueden resultar más eficaces contra las infecciones por bacterias resistentes si se utilizan en combinación con esa miel".
Actualmente, la mayoría de las intervenciones antimicrobianas en los pacientes se llevan a cabo con antibióticos sistémicos.
"El uso de un agente tópico para eliminar las bacterias de la heridas es potencialmente más barato y puede mejorar en el futuro la terapia antibiótica, lo que contribuirá a reducir la transmisión de bacterias resistentes de las heridas colonizadas a pacientes susceptibles", predice la científica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario