jueves, 28 de julio de 2011

La obesidad causa problemas renales


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Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informaron que la obesidad también se relaciona con problemas renales graves como la glomeruloesclerosis focal y segmentaria, que se combate principalmente con el cambio de hábitos alimenticios y con ejercicio.


El doctor José Ángel Fonseca Alva, nefrólogo encargado del servicio de hemodiálisis del Hospital General Regional en Villa Coapa, informó que datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la obesidad ha aumentado hasta 75% en la población.

Ello, especificó, ha condicionado un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad renal crónica, de la cual se estima que aproximadamente 30% de los pacientes con sobrepeso pueden desarrollar.

En un comunicado puntualizó que los signos para detectar este padecimiento son orina espumosa, hipertensión, disminución de peso y del apetito, entre otros.

"Estos signos pueden presentarse en conjunto como síndrome nefrótico, que se caracteriza por una triada: alteración de las grasas, ya sea por colesterol o triglicéridos elevados; hinchazón de pies, piernas y manos, y proteinuria (orina espumosa) por arriba de 3.5 gramos de proteínas en orina de 24 horas", explicó.

En ese sentido, recomendó a los derechohabientes cuidar el nivel de glucosa en la sangre, asistir a revisiones médicas periódicas, llevar una dieta balanceada y realizar por lo menos 30 minutos diarios de actividad física.

Explicó que se trata de una enfermedad renal agresiva que implica acumulación de grasas y otros desechos del cuerpo humano en los riñones, y que para su tratamiento requiere diálisis.

El nefrólogo explicó que para su diagnostico es necesario realizar una biopsia renal para corroborar la presencia de la enfermedad.

Como estudio complementario se toma una muestra de orina de 24 horas y se determina la cantidad de proteínas que se han expulsado, para saber en qué estado de enfermedad renal se encuentra el paciente.

Para su tratamiento, los especialistas del IMSS ofrecen dos alternativas: un programa nutricional, para llevar una dieta balanceada, y realizar actividad física, con la finalidad de lograr el peso ideal.

Cuando el paciente ya tiene daño renal, se le brinda tratamiento farmacológico para controlar los principales factores de riesgo y así retrasar la progresión de la enfermedad.

Los medicamentos prescritos serán antihipertensivos, que ayudan a reducir la presión arterial y al mismo tiempo evitan que el riñón deseche proteínas.

Finalmente, el doctor José Ángel Fonseca Alva recomendó a la población controlar los factores de riesgo (glucosa, ácido úrico, colesterol, presión arterial, hipertensión) para retardar la progresión del daño renal y así tener una mejor calidad de vida.

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