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Correr es un ejercicio que está de moda. Mucha gente se ha decidido por esta actividad porque puede hacerse al aire libre, en cualquier momento y con un equipo sencillo: un buen para de zapatos tenis. Si es el ejercicio que más te gusta, tal vez te haya pasado por la mente ponerte un reto de resistencia mayor: correr un maratón. Si es tu caso, acá te doy unos consejos sobre cómo prepararte para cruzar la meta sintiéndote ganador y sin hacerle daño a tu salud.
Mucha gente que conozco ha decidido tomar el reto de correr un maratón. Un amigo en particular, empezó a correr hace más de un año porque tuvo una lesión en su hombro y no pudo seguir remando, que era su deporte favorito. Para no perder la forma, decidió salir a correr diariamente e inscribirse en el medio maratón de Miami el año pasado. Este año, se inscribió para correr la carrera entera. ¡No lo culpo! Correr es una excelente manera de mantenerse en forma y despejar la mente. Quienes lo hacen dicen que se sienten conectados consigo mismos, que se olvidan de sus preocupaciones y empiezan o terminan el día motivados. Por eso mismo, la idea de correr un maratón puede resultar apasionante. Es un reto y al mismo tiempo, un estímulo para continuar entrenando el cuerpo para que pueda correr distancias largas.
En 1908 cuando se celebraron los juegos Olímpicos en Londres, se estableció que la distancia reglamentaria de un maratón es de 42 kilómetros o 26.22 millas aproximadamente. Tal vez porque aquella era la distancia entre el palco presidencial del estadio White City en Londres y el Palacio de Windsor. Hoy en día se celebran maratones o medios maratones en diferentes ciudades del mundo como Barcelona, Berlín, Boston, Buenos Aires, Ciudad de México, Bogotá y Nueva York, entre otras.
Si quieres lograr un buen desempeño en el maratón, es necesario que te prepares por lo menos con un año o varios meses de anticipación. Un maratón es tan exigente físicamente, que requerirás entrenar con mucho cuidado para no que no te lastimes en el proceso. Las personas que no toman las medidas necesarias pueden experimentar lesiones serias como:
Calambres musculares
Dolores severos en la rodilla y en la cadera
Fracturas (cuando se rompe un hueso)
Síndrome del dolor patelofemoral también conocido como “rodilla del corredor”.
Síndrome de la banda iliotibial común en corredores que práctica atletismo de fondo. Este síndrome también es conocido como síndrome del limpiaparabrisas. Se produce cuando existe sobre uso de los tejidos blandos.
Otros consejos que se deben considerar a la hora de entrenar para un maratón son los siguientes:
Empieza a entrenar lentamente y de acuerdo a tu estado físico. No es realista que empieces a correr distancias demasiado largas si tu cuerpo no está preparado. Empieza poco a poco: una hora, y luego cuando te sientas bien, vas aumentando.
Aliméntate adecuadamente. Ten en cuenta que el entrenamiento y la competencia misma te harán quemar muchas calorías. Consume los alimentos que te provean la energía que vas a quemar durante tu entrenamiento.
Cambia las grandes comidas por porciones más pequeñas cada tres o cuatro horas. Dale a tu cuerpo lo que necesita para alcanzar el desempeño que buscas.
Come algo ligero pero que te de energía (barras energéticas o algún carbohidrato) dos horas antes de tu hora de entrenamiento.
Lo mejor es que escuches a tu cuerpo: no abuses de él. Prepárate con tiempo y así podrás dar lo mejor de ti. Además, lo importante es participar. No importa si llegas el primero o el último. Igual, el sólo hecho de participar ¡es un gran logro!
Mucha gente que conozco ha decidido tomar el reto de correr un maratón. Un amigo en particular, empezó a correr hace más de un año porque tuvo una lesión en su hombro y no pudo seguir remando, que era su deporte favorito. Para no perder la forma, decidió salir a correr diariamente e inscribirse en el medio maratón de Miami el año pasado. Este año, se inscribió para correr la carrera entera. ¡No lo culpo! Correr es una excelente manera de mantenerse en forma y despejar la mente. Quienes lo hacen dicen que se sienten conectados consigo mismos, que se olvidan de sus preocupaciones y empiezan o terminan el día motivados. Por eso mismo, la idea de correr un maratón puede resultar apasionante. Es un reto y al mismo tiempo, un estímulo para continuar entrenando el cuerpo para que pueda correr distancias largas.
En 1908 cuando se celebraron los juegos Olímpicos en Londres, se estableció que la distancia reglamentaria de un maratón es de 42 kilómetros o 26.22 millas aproximadamente. Tal vez porque aquella era la distancia entre el palco presidencial del estadio White City en Londres y el Palacio de Windsor. Hoy en día se celebran maratones o medios maratones en diferentes ciudades del mundo como Barcelona, Berlín, Boston, Buenos Aires, Ciudad de México, Bogotá y Nueva York, entre otras.
Si quieres lograr un buen desempeño en el maratón, es necesario que te prepares por lo menos con un año o varios meses de anticipación. Un maratón es tan exigente físicamente, que requerirás entrenar con mucho cuidado para no que no te lastimes en el proceso. Las personas que no toman las medidas necesarias pueden experimentar lesiones serias como:
Calambres musculares
Dolores severos en la rodilla y en la cadera
Fracturas (cuando se rompe un hueso)
Síndrome del dolor patelofemoral también conocido como “rodilla del corredor”.
Síndrome de la banda iliotibial común en corredores que práctica atletismo de fondo. Este síndrome también es conocido como síndrome del limpiaparabrisas. Se produce cuando existe sobre uso de los tejidos blandos.
Otros consejos que se deben considerar a la hora de entrenar para un maratón son los siguientes:
Empieza a entrenar lentamente y de acuerdo a tu estado físico. No es realista que empieces a correr distancias demasiado largas si tu cuerpo no está preparado. Empieza poco a poco: una hora, y luego cuando te sientas bien, vas aumentando.
Aliméntate adecuadamente. Ten en cuenta que el entrenamiento y la competencia misma te harán quemar muchas calorías. Consume los alimentos que te provean la energía que vas a quemar durante tu entrenamiento.
Cambia las grandes comidas por porciones más pequeñas cada tres o cuatro horas. Dale a tu cuerpo lo que necesita para alcanzar el desempeño que buscas.
Come algo ligero pero que te de energía (barras energéticas o algún carbohidrato) dos horas antes de tu hora de entrenamiento.
Lo mejor es que escuches a tu cuerpo: no abuses de él. Prepárate con tiempo y así podrás dar lo mejor de ti. Además, lo importante es participar. No importa si llegas el primero o el último. Igual, el sólo hecho de participar ¡es un gran logro!
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