martes, 4 de octubre de 2011

Comer sano no debe ser caro


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Una dieta variada y saludable no tiene por qué exigir grandes esfuerzos económicos, aseguró el secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack.

Combatir la obesidad entre los latinos, y erradicar su incidencia en uno de cada tres niños hispanos, comienza por atajar las excusas para comer mal, como la de que hacer una compra rica en frutas y verduras es mucho más caro que recurrir a alimentos precocinados o a comida rápida, según Vilsack.

"En realidad, por 2.50 dólares al día puedes alimentar a tu familia con frutas y verduras. No tiene por qué ser necesariamente más caro", aseguró el secretario de Agricultura.

Vilsack presentó en la Casa Blanca, junto a la primera dama Michelle Obama y los chefs hispanos Pepín y Marcela Valladolid, la campaña "Mi Plato", la versión en español del icono que ha reemplazado a la pirámide alimenticia para mostrar, de forma proporcional, las cantidades diarias recomendadas de cada alimento.

"Es un símbolo muy sencillo, y esperamos poder trabajar con él en todas las comunidades del país, incluida la hispana", explicó el secretario, que alabó los "grandes esfuerzos" de este colectivo por alimentarse mejor y luchar contra la obesidad de sus hijos.

El plato que el Gobierno propone poner encima de la mesa cada día debe tener la mitad llena de frutas y verduras, más de un cuarto de cereales y el resto de proteínas como las de la carne o el pescado, además de estar acompañado de productos lácteos.

El logo, cuya versión en inglés fue revelada en junio por Michelle Obama, estará acompañado de diez consejos nutricionales para los hispanos, como consumir leche baja en grasa o desnatada, beber agua en lugar de bebidas azucaradas y tratar de ingerir poca sal.

Ese último punto es uno de los que destacó el Departamento de Agricultura en su orientación dietética de 2010 para la industria de la alimentación, que tiende a ser generosa con la cantidad de sodio, azúcares y aditivos endulzantes en sus productos.

La ingesta frecuente de alimentos con esa composición es un factor de riesgo a la hora de desarrollar diabetes, una enfermedad que afecta a cada vez más hispanos.

"Hemos transmitido esas preocupaciones a la industria y están muy enfocados en tratar de disminuir los niveles de sodio a lo largo de los próximos años", aseguró Vilsack, que destacó que también trabajan con las empresas para regular su publicidad.

La página web del departamento de Agricultura contiene recetas para ayudar a las familias a "estirar el dinero que destinan para comprar la comida, y hacerlo de forma nutritiva", y existen también otras iniciativas, como la mejora de menús escolares.

Pero si la obesidad es un problema importante para muchos hispanos, otros deben lidiar con grandes dificultades para dar de comer a su familia cada día.

Según un informe reciente del Instituto Pan para el Mundo, el 26.9% de hogares hispanos tuvo problemas para proveerse de comida suficiente en 2009, y el 34.9% de los hispanos menores de 18 años afrontó problemas de alimentación.

Ante ese reto, la principal herramienta del Gobierno es el Programa de Asistencia Suplementaria a la Nutrición (SNAP), que ofrece "descuentos para comprar alimentos en supermercados", entre otras medidas para combatir la inseguridad alimentaria, señaló Vilsack.

En ese sentido, la colaboración con organizaciones hispanas y asociaciones de barrio es "fundamental" para que la comunidad sea consciente de que esa opción "está disponible", y asegurar que todos ellos "tengan claro el aspecto que tiene un plato saludable".

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