martes, 22 de marzo de 2011

La cirugía de espina bífida en el vientre ofrece mejores beneficios


CNN MÉXICO


Justo antes de Navidad de 2002, Tara Hallman se enteró, en la semana 20 de su embarazo, de que su bebé en camino tenía espina bífida, un defecto de nacimiento muy común de la columna vertebral.

No existe cura, sólo tratamiento, así que
algunas pacientes optan por terminar el embarazo. Si el embarazo es llevado a término, el recién nacido necesita una operación pocos días después para colocar la médula espinal en la columna vertebral.

A Hallman se le proporcionó una tercera opción: los médicos podrían operar a su bebé mientras estaba en el vientre.
Un nuevo estudio en el New England Journal of Medicine dice que si un bebé es operado mientras está en el útero, la complicación más seria de la espina bífida (llamada mielomeningocele) podría reducirse.

Una prueba clínica, que incluyó a 158 mujeres, encontró que las malformaciones cerebrales fueron revertidas en un tercio de los fetos y que casi la mitad de los bebés podían caminar sin muletas eventualmente.

"No es una cura", expuso el médico Scott Adzick, autor principal del estudio y jefe de cirugía pediátrica del Hospital Infantil de Filadelfia.
Los resultados de esta prueba clínica mostraron que la cirugía de reparación prenatal es una opción viable, añadió el especialista.

La prueba fue realizada en tres hospitales: Centro Médico de la Universidad Vanderbilt en Nashville, el Hospital Infantil de Filadelfia y la Universidad de California, en San Francisco.

El estudio fue suspendido más pronto de lo que se esperaba, en diciembre pasado, debido a que los resultados fueron muy buenos, dijo Adzick.

La mitad de las madres se realizaron la cirugía entre la semana 19 y la 25 de embarazo. La otra mitad llevó a sus bebés a término y la cirugía fue realizada algunos días después.

De acuerdo con el estudio, alrededor de uno entre 3,000 bebés nacen con este tipo de espina bífida. El hueso alrededor de la columna no se forma adecuadamente, lo que ocasiona que la médula vertebral no se forme bien, causando que una parte de la médula espinal sobresalga de la espalda del bebé. Alrededor del 10% de estos bebés mueren después del nacimiento.

Casi el 90% de los bebés nacidos con este tipo de espina bífida tiene hidrocefalia, exceso de fluido cerebral. La única manera de aliviar la presión es insertar un tubo u otras desviaciones para drenarlo.

Después de un año, los investigadores encontraron que sólo el 40% de los bebés con cirugía prenatal tuvo que recibir desviaciones, comparado con 82% de los bebés que fueron operados cuando nacieron.

"El riesgo reducido de hidrocefalia es por mucho el mayor beneficio de esta cirugía”, dijo el Dr. Noel Tulipan, director de neurocirugía pediátrica del Centro Médico Universidad Vanderbilt. "Veo estos pacientes todo el tiempo, y lo que los hace regresar una y otra vez son las desviaciones".

Los investigadores también encontraron que después de dos años y medio, los niños que tuvieron la cirugía en el útero tenían mejor función en las piernas, comparados con aquéllos que tuvieron la cirugía después del nacimiento. El 42% de los niños que fueron operados en el vientre podían caminar sin muletas, frente al 21% del grupo de cirugía posnatal.

Otro problema común de los niños con espina bífida es la llamada herniación del cerebro en la parte posterior, donde el tronco cerebral y la parte posterior se deslizan hacia la columna vertebral. Se cree que esto puede contribuir al exceso de agua en el cerebro. Todos los bebés en el estudio tenían ese problema.

Los investigadores encontraron que un tercio de los niños que tuvieron cirugía de reparación prenatal no tenían ese problema 12 meses después.

Tulipan dice que él cree que la cirugía debe hacerse tan pronto como sea posible porque entre más tiempo la médula vertebral esté expuesta al fluido amniótico, más puede ser dañada. Además, entre más tiempo pase el bebé en el útero luego de la cirugía, más fácil le resulta sanar.

Adzick, el autor principal del estudio, dijo que él considera que éste debería ser el nuevo estándar para bebés con este diagnóstico. Pero estas cirugías no están exentas de riesgos.

“Los riesgos para la madre y el feto no deben ser ignorados”, dijo la Dra. Diana Farmer, la cirujana en jefe del Hospital Infantil Benioff de la Universidad de California, en San Francisco.

Hasta el 85% de los bebés en el grupo con cirugía prenatal nacieron en cierto grado prematuramente y las madres tuvieron un riesgo mayor de que su útero se rompiera. Este riesgo permanece para los embarazos futuros, razón por la cual cualquier mujer que haya tenido una cirugía durante su embarazo debe dar a luz a sus bebés por medio de cesárea, antes de que el trabajo de parto comience.

Hallman dijo que ella decidió realizar la cirugía en su hijo no nacido cuando se enteró de que era menos probable que padeciera la complicación común de hidrocefalia.

Su hijo Brett recibió la cirugía el 25 de enero de 2003 antes de que la prueba clínica comenzara. Brett, ahora de siete años, disfruta jugar béisbol y nadar. “Al verlo, no imaginarías que tenía espina bífida”, dice su madre.

Tiene algunos problemas en el intestino y vejiga, también comunes a esta enfermedad, pero que son manejables, dice.

En el procedimiento prenatal, la madre recibe anestesia general, que también seda al feto. El abdomen y el útero de la madre son abiertos para no dañar la placenta que nutre al feto. Los médicos no retiran al feto del vientre.

La causa de la espina bífida es desconocida, pero los expertos están de acuerdo en que las mujeres en edad reproductiva pueden reducir el riesgo de que su bebé tenga esta enfermedad
consumiendo suficiente ácido fólico (al menos 400 microgramos diarios) de vegetales verdes de hoja, frutas, frijoles o suplementos, y vitamina B12 (2.8 microgramos), que se encuentra en la carne y en el huevo.

1 comentario:

  1. quiziera saaber como le puedo mejorar la calidad de vida a mi hija en cuanto a la parte del control de esfinteres, les agracecxeria inmensamente su aporte. gracias.

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